Hace tres años, una mujer dalit fue asesinada por su supervisor en una fábrica de ropa de la India. Sus compañeros no esperaron a que la empresa respondiera. Se organizaron colectivamente e involucraron a grandes empresas mundiales de la moda para desarrollar un acuerdo de cumplimiento obligado entre las empresas compradoras, las fábricas y su sindicato para identificar, remediar y prevenir la violencia de género y el acoso en sus lugares de trabajo.
La iniciativa, conocida como el acuerdo de Dindigul, estableció entidades de supervisión independientes y formó a supervisoras de planta con protecciones especiales frente a represalias para que actuaran de inmediato en casos de acoso y violencia de género. El acuerdo garantizaba la existencia de mecanismos de reclamación fiables y de confianza. También responsabilizaba a las empresas de resolver los problemas y proporcionar a los trabajadores acceso a vías de recurso.
Para 2026, se prevé que las empresas gasten más de USD 27 000 millones de dólares al año en auditorías sociales voluntarias para informar sobre abusos laborales en sus cadenas de suministro. Sin embargo, ninguna auditoría habría impedido la tragedia de la India. Y en 2013, la fábrica Rana Plaza se derrumbó en Bangladesh y murieron más de 1100 trabajadores, días después de que una auditoría no encontrara problemas en el edificio. Las auditorías voluntarias de terceros han demostrado con demasiada frecuencia sus limitaciones.
Creemos que las empresas pueden y deben hacerlo mejor. Por eso hemos publicado el centro de información sobre conducta empresarial responsable y derechos laborales, un lugar único de información, orientación y herramientas del gobierno de los EE. UU. y de organizaciones internacionales para ayudar al sector privado a integrar los derechos laborales y las prácticas empresariales responsables en sus operaciones y a lo largo de sus cadenas de suministro mundiales.
Esta iniciativa forma parte del segundo Plan de acción nacional sobre conducta empresarial responsable del gobierno de los EE. UU., basado en la creencia fundamental de la administración Biden-Harris de que las empresas pueden tener éxito haciendo el bien, y de que los gobiernos deben crear las condiciones para que se produzca una conducta empresarial responsable.
El centro de información proporciona a las empresas los conocimientos y las herramientas que necesitan para cumplir la legislación federal, las normas de los organismos y las disposiciones comerciales en materia de responsabilidad empresarial y derechos laborales. También facilita el acceso a los informes y avisos gubernamentales, para que las empresas puedan mantenerse al día sobre los riesgos emergentes en sectores prioritarios.
El sitio complementa las herramientas de diligencia debida ya existentes creadas por la Oficina de Asuntos Laborales Internacionales, tales como la Cadena de cumplimiento y nuestra Lista de bienes producidos mediante trabajo infantil o forzado. El centro de información también se basa en el compromiso de ILAB de amplificar la voz de los trabajadores como un componente crítico de la diligencia debida centrada en el trabajador.
Instamos a todas las partes interesadas -desde la sociedad civil hasta la alta dirección- a que utilicen estos recursos, herramientas y normas jurídicas para emprender acciones significativas, reforzar su diligencia debida y garantizar que los trabajadores de sus cadenas de suministro puedan ejercer sus derechos reconocidos internacionalmente sin temor a represalias.
Estamos entrando en una nueva era de cumplimiento corporativo, en la que los compromisos vinculantes de apoyo a la voz de los trabajadores, como vemos en el acuerdo de Dindigul, surgen como herramientas poderosas y viables. Las empresas situadas en la cúspide de las cadenas mundiales de suministro tienen el poder de generalizar y hacer efectivos estos acuerdos y de garantizar que los trabajadores estén en el centro de estos nuevos procesos e instituciones. Para ello, no basta con poner en marcha nuevos procesos de cartografía y seguimiento de las repercusiones dentro de las cadenas de suministro, sino que es preciso obtener resultados concretos y positivos para los trabajadores. No basta con crear líneas directas, aplicaciones o buzones de sugerencias para los trabajadores, sino que hay que respetar su derecho a organizarse y a negociar colectivamente.
A través del centro de información sobre conducta empresarial responsable y derechos laborales y otros recursos, el Departamento de Trabajo de los EE. UU. proporciona a las empresas las herramientas para trazar el camino a seguir en materia de diligencia debida significativa y reforzar los derechos y protecciones de todos los trabajadores.
Thea Lee es subsecretaria adjunta de Asuntos Internacionales del Departamento de Trabajo de los EE. UU. Siga a ILAB en X/Twitter en @ILAB_DOL y en LinkedIn.