The Bureau of International Labor Affairs’ 2024 “List of Goods Produced with Child Labor or Forced Labor,” released today, provides a sobering glimpse into global labor exploitation, which affects millions and intersects with pressing global issues. Three key trends emerge:
La “Lista de bienes producidos con trabajo infantil o trabajo forzoso” 2024 de la Oficina de Asuntos Laborales Internacionales, publicada hoy, nos abre los ojos sobre la explotación laboral en el mundo y cómo afecta a millones de personas, además de estar estrechamente relacionada con problemáticas mundiales urgentes. Existen tres problemáticas principales:
La creciente explotación laboral en todo el mundo
Desde 2022, nuestra lista se expandió de 159 bienes en 78 países a 204 bienes en 82 países y zonas. Hemos añadido 72 artículos en diferentes industrias, como bienes electrónicos y de consumo, prendas de vestir, productos textiles y de fabricación. Esta expansión muestra que los esfuerzos actuales para hacer frente a la explotación laboral no son suficientes. Combatir el ritmo con el que evolucionan las tendencias de fabricación sigue siendo un desafío.
Hoy en día, las cadenas globales de suministro son complejas y cambiantes, abarcan países y regiones e implican múltiples sectores. Esto invisibiliza las prácticas laborales, especialmente en el ámbito de la producción. Además, la demanda de productos baratos por parte de los consumidores, la presión para mantener los costos bajos y la búsqueda de mayores márgenes de beneficio fomentan la explotación laboral. En nuestra investigación, no nos fijamos en incidentes aislados de infracciones laborales, sino en el conjunto de la cadena de suministro.
La creciente lista de minerales críticos
La lista de minerales críticos producidos por trabajo infantil o trabajo forzoso ha aumentado a 12, y muchos de ellos son vitales para las tecnologías ecológicas, como los productos solares y los vehículos eléctricos. Los niños de la República Democrática del Congo, Zambia y Bolivia extraen cobalto, litio y otros minerales cruciales. El trabajo forzoso está presente en la producción del aluminio y el polisilicio en China, el níquel en Indonesia y el cobalto en la República Democrática del Congo.
Esta problemática genera un desafío cada vez mayor que no podemos pasar por alto: obtener energía limpia y, al mismo tiempo, proteger a los trabajadores precarizados. A medida que se acelera la demanda de minerales esenciales, también lo hace la urgencia de abordar la explotación laboral. El retraso en afrontarla implica más niños en minas peligrosas, más trabajadores explotados y más abusos laborales en estas cadenas de suministro.
La explotación laboral fomenta el dominio de China en la producción mundial
Desde 2016, el gobierno chino somete a uigures y otras minorías étnicas de Xinjiang a trabajos forzosos. Este año, añadimos a la lista seis bienes fabricados en China en condiciones de trabajo forzoso: sosa cáustica, silicio metalúrgico, cloruro de polivinilo, aluminio, azufaifas y calamares. Esto significa que cada vez más bienes fabricados por trabajo forzoso se están infiltrando en cadenas de suministro mundiales, desde la electrónica hasta las tecnologías de energías renovables.
Aunque estas problemáticas sean preocupantes, hay señales de progreso. Se han retirado de la lista cuatro mercancías: arándanos de Argentina, sal de Camboya, camarones de Tailandia y fluorita de Mongolia. Esto se debe a que, a pesar de algunos casos aislados, hemos eliminado el trabajo infantil en estas áreas. Sin embargo, los avances en la responsabilidad empresarial y los esfuerzos gubernamentales para combatir el trabajo infantil siguen siendo lentos. Nuestro último informe “Hallazgos sobre los peores ejemplos de trabajo infantil” ofrece valiosos datos sobre las deficiencias de los gobiernos. Por ejemplo, el 60 % de nuestras recomendaciones a los gobiernos están relacionadas con el refuerzo de las leyes y reglamentos y su aplicación.
Un llamado a la acción
Para abordar estos problemas persistentes, necesitamos que gobiernos y empresas trabajen en conjunto y tomen medidas inmediatas:
- Los gobiernos deben reforzar y hacer cumplir la legislación laboral, poner en práctica programas sociales que aborden la pobreza y garantizar el acceso a una educación de calidad.
- Las empresas deben supervisar toda su cadena de suministro, aumentar la transparencia, colaborar con las personas interesadas y exigir que se asuman responsabilidades.
- Ambos deben apoyar los derechos de los trabajadores; garantizar que tengan voz y poder para negociar colectivamente mejores salarios y condiciones laborales.
La complejidad de las cadenas de suministro mundiales no es excusa para no tomar acción. Por el contrario, es un llamado a la acción. Ambos deben adoptar enfoques más innovadores, integrales y colaborativos para garantizar prácticas laborales éticas en todo el mundo.
Para más información, consulte nuestros últimos informes.
Marcia Eugenio es directora de la Oficina de Trabajo Infantil, Trabajo Forzoso y Tráfico Humano de la Oficina de Asuntos Laborales Internacionales. Siga a ILAB en X/Twitter en @ILAB_DOL y en LinkedIn.